Me arrastro penosamente por las veredas de mi vida, armado solo con mi capacidad de generar equívocos y engendrar sinsentidos.
Miro al cielo en su llaga insondable y ansío poder perderme en su inmensidad, deleitarme al rozar sus pliegues y estrangular mi tiempo al pasear por sus laberintos.
sábado, 9 de junio de 2007
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